Perdonen siempre sus enemigos, pero nunca olviden sus nombres.

Vivir.

Yo no puedo quedarme aquí si tu quieres quedate tú, esta vida no es para mi, yo quiero vivir.

Que bonito sería.

Que bonito sería despertar cada mañana con su cara al lado, que bonito sería despertar y tener su boca pegada a la mía, que bonito sería que los pájaros cantaran a todas horas, que bonito sería que el mar cambiase de color, que bonito sería que al recordar solo hubiese cosas bonitas, que bonito sería no morir nunca y que todo fuese bien.

Bailaba así, sola.

Cuanto más la miraba, más me gustaba, más quería tocarla, más quería que fuese suya.
Cada vez que daba un golpe en la tarima, su piel se volvia mas suave, cada vez que daba la vuelta con su vestido de lunares y lo alzaba al vuelo, más quería besarla y bailaba así, sola.
Cada golpe en la tarima era una nueva caricia para ella.
Aquello no tenía fin, ella no se cansaba de danzar como un pájaro que vuela, llevaba su vestido al ras del suelo, lunares volando y el blanco del vestido que estiliza su figura hace que sus ojos verdes brillen más para él.

Buenos días princesa.

El sol arroya su cuerpo entre las sabanas blancas de verano, provocando un calor que hace que se despierte lentamente, mientras en su cara se dibuja una sonrisa de verano.
Lo ve, ve que llega y se sienta junto a ella, mirandola con ojos brillosos y grandes, y escucha que le dice: ''Buenos días princesa'', con una sonrisa que no se borra.
La ventana descubre un paisaje lleno de flores, árboles y de toda la naturaleza que se puede esperar en verano, junto a la fuente un grupo de jóvenes ríen y bromean con el agua, hace que sus pieles brillen con el agua que les cae y ella quiere ir con ellos.

Noche.

Noche fría, noche oscura, noche solitaria, una noche llena de ilusión adornada, una noche acompañada de una joven, una joven de piel suave y tersa, piel morena y fria.
Está tranquila, tranquila por lo bien que se respira ahora, la soledad y la compañía de la música que se mete por el cuerpo y provoca un bienestar en ella.
Una agradable sensación llega a su cuerpo, tranquilidad y seguridad que le llena y le dan ganas de gritar bajito lo que es la noche, un puñado de estrellas en un fondo oscuro y frio, pero que ellas hacen que sea espléndido y que nos quedemos mirando sin querer.